Imagina saltar de la cubierta de un barco a las cinco de la mañana y nadar 3.800mts en un fiordo a una temperatura de 13’5 grados.
Imagina hacer 180km de bici, los primeros 40 en continua ascensión, atravesando túneles iluminados con antorchas, algunos de más de 2km de longitud, y con más de 3100mts de ascensión total. Llanear acoplado y veloz por una preciosa meseta de espectaculares paisajes y un clima juguetón, nieve en la cuneta, niebla y lluvia durante 95km y una temperatura media de 12 grados, entre los 6 y los 17 grados. Con la obligatoriedad de llevar un equipo de asistencia en vehículo propio que te proporcione todo lo que necesitas: ropa de abrigo, chubasquero, alimento, repuestos, ánimos...
Puede que ser que los primeros 25km de la maratón sean llanos, pero a partir del km 18 son mágicos, porque se divisa la cima del Gaustatoppen, el segundo pico más alto de Noruega, donde está situado la meta.
Imagina los siguientes 17km, muy empinados, muchos ya caminamos, pero deprisa, porque sólo los primeros 160 de los 250 participantes (escogidos por cupo para extranjeros, mujeres y élite, aportar un currículo y hacer sorteo) conseguirán finalizar a 1800mts de altitud y conseguir la camiseta finisher negra, los demás tendrán que conformarse, si acaban, con una de color blanco. Hace un par de años, el caprichoso y peligroso clima hizo que sólo los dos primeros clasificados pudieran finalizar en la cima.
Y si llegas al km 37 dentro de cupo puedes iniciar el pedregoso sendero a meta, obligatorio ir acompañado y con material obligatorio. Ropa de abrigo, frontal, dinero, comida.. Los finisher bajaremos en ascensor, los acompañantes por sus propios medios. No sería difícil subir corriendo, pero tras el largo día el cuerpo se resiente, una vez lograda la meta de pasar el corte, el alma se relaja y exige menos. Camino lento, como si estuviera derrotado, aunque sé que voy a vencer, me siento, hago un par de fotos. Cuando diviso el cronómetro unos metros más arriba aparece la lluvia para darle un poco más de épica al asunto.
En meta hay fotógrafos, un par de voluntarios, árbitros y los sanitarios. No hay sitio para más. Entro al refugio, café caliente para recordar el día que ha pasado volando.
David Diego
El Norseman en un triatlón de larga distancia con una vuelta de tuerca más que lo hace aún más emocionante.
Me lo he imaginado y me ha dado mucho miedo jeje. Creo que más que una carrera es una aventura al alcance de pocos. Saúl.
ResponderEliminarAunque esté fuera de mi alcance, a través de tu narración he imaginado que podría hacerlo, y el resultado me ha gustado! Sigue contando cosas de tus iron, David, que da gusto leerte! Un abrazo.
ResponderEliminarUna camiseta muyyy cara(y valiosa) jeje Enhorabuena y a seguir con tus retos
ResponderEliminarMikel